Los Programas Alimentarios en nuestro país nacieron como una estrategia del Estado para combatir la malnutrición y mortalidad infantil. Constituyen uno de los pilares de la Salud Pública y han ganado una gran importancia dentro de las personas.

Alrededor de los años ’20 la tasa de mortalidad cada 1000 nacidos vivos rondaba las 300 muertes. Valor que ha ido en descenso desde ese entonces, gracias a la incorporación de esta iniciativa. Además, ha habido una reducción de la desnutrición infantil desde prevalencias de 37% en los años ’60 a 0,3% en la primera década de los 2000. Por lo tanto, es innegable el impacto positivo que han tenido los Programas Alimentarios en nuestra población.

Estos programas se clasifican en dos diferentes, el Programa Nacional de Alimentación Complementaria (PNAC) y el Programa de Alimentación Complementaria del Adulto Mayor (PACAM). A su vez, el PNAC se subdivide en subprogramas, como lo son el subprograma Básico, Refuerzo, Prematuros extremos y Errores innatos del metabolismo. Recientemente, se incorporó además el subprograma de Alergia a la Proteína de Leche de Vaca (APLV).

La población objetivo son los menores de 5 años 11 meses 29 días, las mujeres gestantes y madres que amamantan hasta el sexto mes post parto, los menores de 25 años diagnosticados con algún error innato del metabolismo y los adultos mayores desde los 70 años. Existen también otros grupos poblacionales, que deben cumplir ciertas características para ser beneficiarios.

Uno de los objetivos más relevantes que buscan los programas es mantener óptimo el estado nutricional de la población, evitando estados de malnutrición, tanto por déficit como por exceso.

El principal beneficio consiste en la entrega mensual gratuita de alimentos especialmente formulados para cada rango etario por parte de los establecimientos de la red primaria de salud, promoviendo siempre la asistencia de los beneficiarios a sus controles de salud en el centro en el cual se encuentren inscritos.

Los Programas Alimentarios en nuestro país han tenido un gran impacto en la salud de las personas y con los años han llegado a formar parte de la vida diaria de la población, quienes los ven como una herramienta positiva para satisfacer algunas de sus necesidades de alimentación.

Dentro de los centros de Salud Primaria, es el/la profesional nutricionista el/la funcionario/a capaz de ejercer la coordinación y gestión de los Programas Alimentarios.

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